Le obligaron a sentarse en el sofá, junto a sus zapatos. Se sentaron junto a él y padre le comenzó a hablar mirándole a los ojos. Hijo, hemos decidido que ya tienes edad de conocer la verdad: «la magia no existe…», no les dejó continuar. Les miró él a los ojos a ellos y les contestó: «sí, sí existe. está en vuestros ojos, en el amor que me dais, en el esfuerzo diario de hacerme sentir bien. Que no haya regalos hoy no significa que no exista la magia, significa otra cosa. La magia es que estemos aquí juntos y amándonos». Se fundieron en un abrazo más largo y con más valor que cualquier regalo…
YO SOY. MI PATRIA.
Le estaban investigando y él pensó, “a mí, no es posible, no hay nadie más patriota que yo…”. El hecho de saberse de memoria las