Le agradezco con otra sonrisa su mentira piadosa. Y cuanto más sonrío, más lástima me tiene… y pienso, varias grandes sonrisas más y ya no podrá decirme la verdad nunca, así que no me dolerá. Yo también la mentiré con esa gran sonrisa y podremos vivir en paz lo que nos quede que, como seguimos mintiéndonos piadosamente, tampoco sabemos cuanto será. Lo suficiente para seguir amándonos verdaderamente, porque ese es uno de los secretos del amor verdadero.
YO SOY. MI PATRIA.
Le estaban investigando y él pensó, “a mí, no es posible, no hay nadie más patriota que yo…”. El hecho de saberse de memoria las