Se escucha ese «pi» infinito, tan irracional como insoportable. Hasta que no pasaron varios días no me acostumbré a escucharlo sin volverme loca. Después conseguí interiorizarlo de tal manera que ya no podía vivir sin él y entonces me dediqué a provocarlo. Pasé también días discutiendo conmigo misma si era finito o infinito, me decía «es irracional, no le des más vueltas…». Cuando llegó la policía y empezaron a preguntar cosas tan racionales como absurdas y poco importantes, me vine abajo. Pero seguí amando ese «pi».
YO SOY. MI PATRIA.
Le estaban investigando y él pensó, “a mí, no es posible, no hay nadie más patriota que yo…”. El hecho de saberse de memoria las