Yo no la he escrito, me apresuré a decir. Y entonces, ¿quién la había escrito? La carta era muy dura, escrita con mucho amor, amor de verdad, amor incondicional, amor del que sabe que se muere y ya no tiene nada que perder. Era la despedida más bonita que nunca había visto y el final más duro que se pueda imaginar. De repente, levanto la vista y veo una lágrima rodar por su mejilla y al instante ya no la veo. La ventana abierta y el estruendo en la calle, me dicen quien la escribió…
YO SOY. MI PATRIA.
Le estaban investigando y él pensó, “a mí, no es posible, no hay nadie más patriota que yo…”. El hecho de saberse de memoria las