“Y si hay novedades, me cuentas”. A ella le encantaba acabar así las conversaciones, le daba seguridad. Sin embargo en esta ocasión, a su jefe, no le sentó del todo bien y le contestó “¿perdona? ¿novedades?”. Ella, lejos de darse cuenta – el hecho de que su jefe fuera tan joven y atractivo no ayudaba a verlo como jefe –le insistió, “sí, sí, cualquier cosa me dices”, pero a él, esta vez, no le molestó. Nada. Le excitó, le excitó sobremanera… se la quedó mirando fijamente y le espetó “hay una novedad. Una grande. Me estoy enamorando de ti. ¿Te quieres casar conmigo?”, ella se sonrojó y excitó también al límite y le contestó, “me encantaría, ahora solamente tendría que poder…”
YO SOY. MI PATRIA.
Le estaban investigando y él pensó, “a mí, no es posible, no hay nadie más patriota que yo…”. El hecho de saberse de memoria las