El próximo favor se lo pido a Santa Rita, pensó súper cabreado. Este favor no era para tanto y nadie ha sido capaz de hacérmelo. Ella seguro que me lo hace, siendo patrona de lo imposible, esto le parecerá nada. Un estruendo enorme le sacó de ese pensamiento y se dio cuenta que ya no le daría tiempo de pedir favores, ni siquiera a Santa Rita. De todas formas, pensó cuando notó el garrote vil empezando a apretarle el cuello, Santa Rita lo que da, muchas veces lo quita.
YO SOY. MI PATRIA.
Le estaban investigando y él pensó, “a mí, no es posible, no hay nadie más patriota que yo…”. El hecho de saberse de memoria las