Mientras chirrían tus arrugadas costuras de bronce, pienso que tus ojos son de oro y tu pelo de plata. Es más me gusta, me encanta, ese chirrido. Qué bueno fue que finalmente despertaras de ese larguísimo letargo. Ahora prometo respetarte para siempre y no volver a convertirte en lo que no deseas. Es más te permitiré escoger a quién convertimos y en qué…ahora tú mandas, al menos cuatro siglos más.
YO SOY. MI PATRIA.
Le estaban investigando y él pensó, “a mí, no es posible, no hay nadie más patriota que yo…”. El hecho de saberse de memoria las